Siete pequeños objetos.
Siete aparentes instrumentos
musicales encerrados dentro de cuadros.
El vidrio nos permite ver su
obsoleta existencia
y frena la tentación de querer
hacer vibrar alguna cuerda falsa.
Sus formas esconden el
significado del símbolo que alguna vez fue el sonido en un pentagrama de
fantasía.
Envueltos
en negro noche, flores grises, ornamentos planos, hilos tensos y fuelles
estáticos, se dejan contemplar mudos y exigen detenimiento como si fueran
silencios.
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